Estudiante revisando su TFG con checklist de errores comunes y cómo evitarlos
, ,

Errores comunes al hacer el TFG y cómo evitarlos | Guía

Tesify Avatar

5 min de lectura

Errores comunes al hacer el TFG que arruinan tu nota final

¿Sabías que el 67% de los estudiantes universitarios pierden entre 0.5 y 2 puntos en su calificación final del TFG por errores completamente evitables? Sí, has leído bien. Dos puntos completos que pueden marcar la diferencia entre un Notable y una Matrícula de Honor, entre la satisfacción personal y esa sensación amarga de “podría haber dado más de mí”.

La verdad es que la mayoría de tribunales universitarios coinciden en algo inquietante: 8 de cada 10 trabajos de fin de grado contienen al menos 3 errores críticos que podrían haberse solucionado con una revisión estructurada y conocimiento de las normativas básicas. Pero aquí viene lo interesante (y esperanzador): estos fallos siguen patrones predecibles.

Después de analizar cientos de informes de evaluación y hablar con profesores de distintas universidades españolas, he identificado los errores comunes al hacer el TFG y cómo evitarlos para que tu nota refleje realmente el esfuerzo que has invertido durante meses.

Los 5 errores que más penalizan:

  1. Bibliografía mal formateada o con estilos mezclados (-0.5 a -1 punto)
  2. Plagio involuntario o similitud excesiva (hasta anulación)
  3. Uso inadecuado de herramientas de IA sin declaración (-1 a -2 puntos)
  4. Incoherencia entre objetivos, metodología y conclusiones (-0.5 a -1.5 puntos)
  5. Formato inconsistente y presentación descuidada (-0.5 a -1 punto)

En este artículo te voy a mostrar exactamente qué buscan los tribunales, cuáles son los fallos que más restan puntos y, lo más importante, cómo transformar tu TFG de un trabajo “aprobado” a uno que verdaderamente destaque. Porque la diferencia entre un 7 y un 9 no siempre está en el contenido… sino en los detalles que la mayoría pasa por alto.

Contexto: Qué buscan realmente los tribunales al evaluar tu TFG

Vamos a ser honestos: tu tribunal no va a leer tu TFG con la misma atención con la que tú lo has escrito. Suena duro, pero es la realidad. La mayoría de profesores evalúan entre 15 y 30 trabajos en periodo de defensas, lo que significa que tienen aproximadamente 45-60 minutos para revisar cada uno antes de la presentación oral.

¿Qué hacen en ese tiempo? Buscan señales. Indicadores rápidos de calidad. Y sí, también buscan errores que les permitan justificar su puntuación. Por eso entender su perspectiva es crucial para anticiparte a sus expectativas.

Criterios de evaluación más comunes en universidades españolas

Criterios de evaluación visual de un TFG universitario
Los cinco pilares que determinan tu calificación final

Aunque cada universidad tiene su propia rúbrica, existe un consenso bastante generalizado sobre los aspectos evaluables. Según análisis de normativas de la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Barcelona y la Universidad de Valencia, los porcentajes típicos son:

Estructura y coherencia (20-25% de la nota): El tribunal evalúa si tu trabajo tiene una progresión lógica, si las partes están bien conectadas y si la lectura fluye naturalmente de una sección a otra.

Rigor metodológico y académico (25-30%): Aquí se valora la fundamentación teórica, la justificación de tus decisiones metodológicas y la profundidad del análisis. Es el corazón académico de tu TFG.

Formato, citas y bibliografía (15-20%): Puede parecer superficial, pero es un indicador inmediato de tu profesionalidad y atención al detalle. Un TFG mal formateado genera desconfianza automática.

Originalidad y aportación (20-25%): ¿Qué aportas tú? ¿Cuál es tu contribución personal? No se trata de revolucionar la ciencia, pero sí de demostrar pensamiento crítico y autonomía intelectual.

Defensa oral (10-15%): Tu capacidad de síntesis, argumentación y respuesta a preguntas. Un buen trabajo puede brillar aún más con una defensa sólida… o perder puntos con nerviosismo excesivo.

Lo interesante es que estos criterios no tienen el mismo peso en todas las áreas. En ingenierías, por ejemplo, la metodología puede llegar al 35%, mientras que en humanidades la originalidad interpretativa tiene mayor relevancia. Conocer el sistema de evaluación específico de tu facultad es tu primera ventaja estratégica.

Los 3 aspectos que más restan puntos según profesores evaluadores

He tenido la oportunidad de entrevistar a varios profesores que forman parte habitualmente de tribunales de TFG, y sus respuestas fueron sorprendentemente consistentes. Estos son los tres aspectos que más les molestan (y penalizan):

1. Errores de formato y presentación: “Si un estudiante no es capaz de seguir unas normas básicas de presentación después de cuatro años en la universidad, ¿qué dice eso de su capacidad de atención al detalle?”, comentaba un profesor de la Facultad de Derecho. El formato descuidado transmite dejadez, y eso contamina la percepción global del trabajo.

2. Referencias bibliográficas incorrectas o inconsistentes: Este es el error que más evidencia falta de rigor académico. Mezclar estilos (APA aquí, IEEE allá, Chicago acullá) es como presentarte a una entrevista de trabajo con tres calcetines diferentes. Los tribunales lo interpretan como falta de método y profesionalidad.

3. Falta de coherencia entre objetivos, metodología y conclusiones: “Es como prometer hornear un pastel de chocolate y entregar una tarta de manzana”, explicaba una profesora de Educación. Cuando tus conclusiones no responden a tus objetivos iniciales, o cuando tu metodología no te permite alcanzar lo que prometiste, el tribunal percibe que no tienes claridad conceptual sobre tu propio trabajo.

Por qué la mayoría de estudiantes comete los mismos errores

Si estos errores son tan conocidos, ¿por qué se siguen repitiendo año tras año? La respuesta tiene tres componentes psicológicos y prácticos:

Falta de planificación temporal: El 73% de los estudiantes comienza realmente a trabajar en su TFG menos de 4 meses antes de la entrega. Esto genera una espiral de presión donde las revisiones de calidad quedan relegadas. Es la diferencia entre cocinar con calma siguiendo una receta y lanzar ingredientes al azar porque llegan los invitados en 10 minutos.

Desconocimiento de las normativas específicas: Muchos estudiantes asumen que “escribir bien” es suficiente. Pero un TFG tiene códigos específicos: desde la estructura del resumen hasta la forma de numerar las tablas. No es intuición, es conocimiento técnico que debe aprenderse.

Exceso de confianza en la última fase de revisión: “Ya lo revisaré todo al final” es la famosa última frase antes del desastre. La realidad es que cuando llegas a la fase final estás mentalmente agotado, con el cerebro saturado de tu propio contenido. Tu capacidad crítica está por los suelos, y los errores se vuelven invisibles para ti (pero no para el tribunal).

Los 10 errores comunes al hacer el TFG y cómo evitarlos

Ahora sí, vamos al grano. Estos son los errores que separan un TFG mediocre de uno excelente, y lo mejor es que todos son solucionables con la información y estrategias correctas.

Error #1: Bibliografía mal formateada o con estilos mezclados

Por qué resta nota: Cuando un profesor abre la sección de referencias y ve un caos de formatos, su cerebro hace un clic inmediato: “Este estudiante no ha prestado atención a los detalles”. Y ese prejuicio contamina la lectura del resto del trabajo. La bibliografía es como tu carta de presentación académica; si está mal, todo lo demás se pone en duda.

Estilos de formato bibliográfico correctos
La organización de tus referencias habla de tu profesionalismo académico

Cómo se manifiesta: El error típico es mezclar APA con IEEE porque usaste diferentes fuentes que citaban de formas distintas. Fechas que aparecen entre paréntesis en unas referencias y sin ellos en otras. URLs sin formato que rompen visualmente toda la página. Cursivas que van y vienen sin criterio aparente.

Solución práctica:

Elige UN estilo desde el minuto cero: Si estás en ciencias sociales, psicología o educación, probablemente necesites APA 7ª edición. Si estás en ingenierías o informática, IEEE será tu aliado. La clave es decidir al principio y no desviarse nunca.

Usa gestores bibliográficos como si tu vida dependiera de ello: Zotero, Mendeley o EndNote no son opcionales, son esenciales. Estas herramientas formatean automáticamente según el estilo elegido y generan tu bibliografía en un clic. Ahorran horas y eliminan errores.

Consulta guías especializadas: Para dominar los detalles específicos de cada estilo, te recomiendo esta guía completa: Cómo hacer la bibliografía en un TFG según estilo APA e IEEE.

Checklist de 5 puntos para revisar tu bibliografía antes de entregar:

  1. ✓ Todas las referencias siguen el mismo estilo sin excepciones
  2. ✓ Cada cita en el texto tiene su correspondiente entrada en la bibliografía
  3. ✓ Las URLs están completas y funcionales (verificar enlaces rotos)
  4. ✓ Los autores están correctamente formateados (apellidos, iniciales)
  5. ✓ La lista está ordenada alfabéticamente (APA) o numéricamente (IEEE) según corresponda

Error #2: Plagio involuntario o porcentaje de similitud excesivo

El error más grave: Este no es un simple “error que resta puntos”. El plagio, incluso involuntario, puede invalidar completamente tu TFG y, en casos extremos, llevar a expedientes disciplinarios. No es broma. He visto estudiantes brillantes perder todo su trabajo por no entender dónde está la línea roja.

Causas comunes: El plagio involuntario ocurre típicamente en tres situaciones: parafrasear sin cambiar realmente la estructura de las frases (copiar y cambiar solo algunas palabras), olvidar poner comillas en citas textuales, y autocitarse de trabajos previos sin declararlo explícitamente.

Prevención de plagio académico y honestidad intelectual
Tu integridad académica es tu mayor activo profesional

Aquí va un dato que te helará la sangre: el 23% de los TFG rechazados en universidades españolas durante 2024 fue por similitud excesiva detectada por software antiplagio. Y muchos de esos estudiantes juraban que habían escrito todo “con sus propias palabras”.

Cómo evitarlo:

Usa software antiplagio ANTES de entregar: Turnitin, Compilatio o Unicheck deben ser tus aliados, no tus enemigos. Muchas universidades ofrecen acceso gratuito a estas herramientas para que los estudiantes puedan verificar sus trabajos previamente. Úsalas.

Domina el arte del parafraseo académico: No se trata de cambiar “el autor dice” por “el investigador afirma”. Parafrasear correctamente implica comprender la idea, procesarla mentalmente y reescribirla con tu propia estructura sintáctica, siempre citando la fuente original.

Mantén tu similitud bajo el 15-20%: Este es el umbral seguro en la mayoría de universidades. Por encima del 25%, empiezan las alarmas. Por encima del 30%, es casi imposible defender tu trabajo.

Para profundizar en técnicas avanzadas de prevención de plagio, consulta esta guía especializada: Prevención de plagio académico en tesis: guía 2025.

Un truco profesional: Cuando parafrasees, cierra el documento original y escribe la idea desde tu memoria. Esto fuerza a tu cerebro a procesar realmente la información en lugar de simplemente reordenar palabras. Después, verifica que no hayas olvidado citar la fuente.

Error #3: Uso inadecuado de herramientas de IA sin declaración

El nuevo error de 2025: ChatGPT, Gemini, Claude y otras herramientas de IA generativa han revolucionado la forma de trabajar… pero también han creado un campo minado ético del que pocos estudiantes son conscientes. El uso no declarado de IA está convirtiéndose en el plagio del siglo XXI.

Las universidades españolas están actualizando rápidamente sus normativas. La Universidad Complutense, la Universidad de Barcelona y la Politécnica de Madrid ya exigen declaración explícita de cualquier herramienta de IA utilizada durante el proceso de investigación o redacción.

Consecuencias: Desde penalizaciones de 1-2 puntos en la nota hasta la anulación completa del trabajo. Algunas universidades están implementando software de detección de contenido generado por IA (GPTZero, Originality.ai) que, aunque no son 100% precisos, crean suficiente sospecha como para someter tu trabajo a revisión exhaustiva.

Cómo usar IA éticamente en tu TFG:

Declara siempre: Incluye una sección en tu metodología o en los agradecimientos especificando qué herramientas usaste y para qué propósito específico (brainstorming de ideas, revisión gramatical, generación de código, etc.).

No uses IA para redactar secciones completas: ChatGPT puede ayudarte a organizar ideas o mejorar la fluidez de un párrafo que tú ya escribiste, pero no debe ser el autor de tu marco teórico o tus conclusiones. Tu voz académica debe ser tuya.

Cita las herramientas según normativa: Sí, ChatGPT se cita. APA 7ª edición ya tiene formato específico para ello: OpenAI. (2024). ChatGPT (versión del 14 de marzo) [Large language model]. https://chat.openai.com/

Para un enfoque completo y práctico sobre este tema crucial, revisa este checklist detallado: Uso ético de IA en trabajos de fin de grado: 30 pasos.

Mi recomendación personal: Usa la IA como un asistente de investigación, no como un ghostwriter. Es como tener un compañero de estudio inteligente que te ayuda a organizar ideas, pero el trabajo intelectual debe ser genuinamente tuyo. Y siempre, siempre, decláralo.

Error #4: Incoherencia entre objetivos, metodología y conclusiones

Coherencia estructural entre objetivos, metodología y conclusiones
Todo en tu TFG debe estar perfectamente conectado

Por qué es crítico: Este error es particularmente grave porque revela algo más profundo que descuido: demuestra falta de comprensión sobre la estructura lógica de tu propio trabajo. Es como construir una casa sin plano; puede que levantes paredes, pero no encajarán correctamente.

Un profesor de Metodología de la Investigación me explicó una vez con una analogía perfecta: “Si en la introducción prometes investigar cómo el ejercicio afecta a la memoria, pero tu metodología solo mide niveles de estrés, y tus conclusiones hablan de productividad laboral… ¿en qué trabajo estás realmente?”

Señales de alerta que indican este problema:

Objetivos huérfanos: Planteaste 4 objetivos específicos pero tus conclusiones solo responden a 2 de ellos. Los otros dos simplemente se perdieron en el camino.

Metodología insuficiente: Tu objetivo es “analizar la influencia de X en Y”, pero tu metodología solo describe X sin establecer ningún mecanismo de medición de Y.

Conclusiones extraterrestres: Tus resultados hablan de una cosa, pero tus conclusiones hacen afirmaciones sobre temas que nunca mediste ni analizaste. Es pura especulación disfrazada de ciencia.

Solución: La matriz de coherencia

Crea una tabla simple pero poderosa con cuatro columnas: Objetivos | Metodología | Resultados | Conclusiones. Cada fila debe representar un objetivo específico, y debes poder trazar una línea clara que conecte las cuatro celdas. Si hay un objetivo que no tiene correspondencia en las demás columnas, tienes un problema.

Revisión en 3 pasos para verificar coherencia global:

  1. Paso 1 – Lectura vertical: Lee solo tus objetivos, luego solo tu metodología, luego solo tus conclusiones. ¿Podría alguien conectarlos sin leer el resto?
  2. Paso 2 – Test del extraño: Pide a alguien que no conoce tu trabajo que lea tu introducción y tus conclusiones. ¿Siente que ambas partes hablan del mismo proyecto?
  3. Paso 3 – Checklist de coherencia: Para cada objetivo, pregúntate: ¿Tengo un método específico para abordarlo? ¿Obtuve resultados relacionados? ¿Mis conclusiones responden directamente a este objetivo?

Error #5: Formato inconsistente y presentación descuidada

Impacto en la nota: Entre 0.5 y 1.5 puntos perdidos por algo totalmente evitable. Parece injusto, pero la realidad es que el formato es el primer filtro de calidad que aplica un tribunal. Antes incluso de leer tu contenido, ya están formando una opinión basada en la presentación visual.

Piensa en ello como el equivalente académico de llegar a una entrevista de trabajo con la camisa arrugada y los zapatos sin limpiar. Puede que seas brillante, pero esa primera impresión ya contaminó la percepción de quien te evalúa.

Errores típicos que gritan “no revisé mi trabajo”:

Tipos de letra esquizofrénicos: Times New Roman en la introducción, Arial en el marco teórico, Calibri en las conclusiones. Parece exagerado, pero ocurre más de lo que imaginas, especialmente cuando copias y pegas de diferentes borradores.

Márgenes rebeldes: La normativa dice 2.5 cm, pero tienes 3 cm a la izquierda, 2 cm a la derecha, y en algunas páginas parece que el texto se escapa por los bordes.

Numeración de páginas MIA: La numeración desaparece misteriosamente en el capítulo 3, o de repente los anexos empiezan en página 1 otra vez.

Títulos sin jerarquía visual: Todos tus encabezados tienen el mismo tamaño y estilo, imposibilitando distinguir un nivel de otro. El lector se pierde en la estructura.

Tablas y figuras sin identificación: “Tabla” sin número, figuras sin pie de imagen, gráficos sin fuente citada. Es como presentar evidencias en un juicio sin etiquetarlas.

Template profesional – Elementos imprescindibles:

Tu TFG debe seguir estas especificaciones técnicas (verifica siempre con tu universidad, pero estos son los estándares generales):

  • Fuente: Times New Roman o Arial, tamaño 12 para texto, 10 para notas al pie
  • Interlineado: 1.5 en el texto, sencillo en citas textuales largas
  • Márgenes: 2.5 cm superior e inferior, 3 cm izquierdo (para encuadernación), 2.5 cm derecho
  • Alineación: Justificada para el cuerpo, izquierda para referencias
  • Numeración: Números romanos (i, ii, iii) para preliminares, arábigos (1, 2, 3) para el cuerpo principal

Truco profesional: Usa los estilos de Word o LaTeX desde el primer día. No formatees manualmente cada título. Define “Título 1”, “Título 2”, “Título 3” al inicio y aplícalos consistentemente. Esto no solo mantiene uniformidad visual, sino que genera automáticamente tu tabla de contenidos y facilita cualquier cambio futuro de formato.

Error #6: Introducción y resumen mal estructurados

Por qué importa tanto: Tu resumen e introducción son las únicas secciones que el 100% del tribunal leerá con atención total. Son tu única oportunidad de causar una primera impresión positiva. Después, su lectura se volverá más selectiva, escaneando partes específicas según sus áreas de interés.

Un resumen mal hecho es como el tráiler de una película que no te da ganas de verla. Y una introducción confusa es como empezar una conversación sin contexto, obligando a tu interlocutor a hacer esfuerzos adicionales para entenderte.

Fallos comunes que delatan falta de experiencia académica:

Resumen que parece novela: Superas las 300 palabras porque intentas contar toda la historia de tu investigación. El resumen no es un mini-TFG, es un concentrado de información esencial: problema, método, resultados clave, conclusión principal. Punto.

Introducción sin gancho: Empiezas directamente con definiciones técnicas en lugar de contextualizar por qué tu tema importa. Pierdes al lector en los primeros tres párrafos.

Ausencia de palabras clave: Olvidas incluir keywords después del resumen, perdiendo oportunidades de indexación si tu universidad publica trabajos en repositorios digitales.

No explicar la estructura: El lector no sabe qué encontrará en cada capítulo. Es como entrar a una casa sin que nadie te explique dónde está cada habitación.

Fórmula ganadora para un resumen impactante:

Estructura tu resumen en exactamente 4 párrafos o bloques de información (200-250 palabras totales):

  1. Contexto y problema (2-3 frases): ¿Qué situación o vacío de conocimiento motiva tu investigación?
  2. Objetivo y metodología (2-3 frases): ¿Qué buscabas hacer y cómo lo hiciste?
  3. Resultados principales (2-3 frases): ¿Qué encontraste? Solo lo más relevante, sin detalles.
  4. Conclusión e implicación (1-2 frases): ¿Qué significa esto? ¿Por qué importa?

Fórmula para una introducción que enganche:

Tu introducción debe cubrir estos elementos en orden (800-1200 palabras totales):

Apertura contextual: Empieza con un dato relevante, una pregunta provocadora o una situación actual que ilustre la importancia de tu tema.

Presentación del problema: Explica el vacío de conocimiento o la necesidad práctica que aborda tu trabajo.

Justificación: Por qué es importante investigar esto ahora, en este contexto, con este enfoque.

Objetivos claros: General y específicos, redactados con verbos precisos (analizar, comparar, evaluar, diseñar…).

Estructura del documento: “Este trabajo se organiza en X capítulos: el Capítulo 1 presenta…, el Capítulo 2 desarrolla…”, etc.

Error #7: Marco teórico superficial o desactualizado

Señal de alarma inmediata: Si tu referencia más reciente es de 2019 y estamos en 2025, tienes un problema serio. Significa que no has consultado la literatura actual, que no conoces los debates contemporáneos en tu campo, y que tu trabajo está construido sobre una base que ya podría estar superada.

El marco teórico no es una lista de resúmenes de libros. Es la demostración de que entiendes el estado actual del conocimiento en tu área, que puedes establecer diálogos entre autores, y que eres capaz de posicionar tu trabajo dentro de un contexto académico más amplio.

Problemas frecuentes que restan credibilidad:

Síndrome del copy-paste conceptual: Cada párrafo es un resumen de un autor diferente, sin conexión entre ellos. Tu marco teórico parece una colección de fichas bibliográficas sin análisis crítico ni integración conceptual.

Referencias obsoletas: El 80% de tus citas son de antes de 2020. En campos que evolucionan rápidamente (tecnología, medicina, ciencias sociales aplicadas), esto es inaceptable.

Ausencia de debate o contraste: Presentas solo una perspectiva teórica sin mencionar visiones alternativas, críticas o debates actuales en el campo.

Cómo construir un marco teórico sólido:

Regla del 70-30: Al menos el 70% de tus referencias deben ser de los últimos 5 años, especialmente en la sección de marco teórico. El 30% restante puede incluir clásicos fundamentales que establecen las bases del campo.

Estructura en embudo invertido: Empieza con conceptos generales y ve estrechando hacia tu enfoque específico. Es como usar Google Maps: primero el continente, luego el país, luego la ciudad, finalmente tu calle.

Integra, no yuxtapongas: Después de presentar el pensamiento de cada autor, dedica un párrafo a analizar: ¿Cómo se relacionan estas ideas? ¿Hay consenso o debate? ¿Qué implica esto para tu investigación?

Usa conectores argumentativos: “Sin embargo”, “por el contrario”, “en línea con lo anterior”, “esta perspectiva se complementa con”. Estos elementos lingüísticos transforman una lista de ideas en un diálogo académico coherente.

Y finalmente, pregúntate siempre: ¿Alguien que lee mi marco teórico sale con una comprensión clara de por qué mi investigación es necesaria? Si la respuesta es no, necesitas reescribir.

Estos siete errores son los más comunes, pero no son los únicos. Lo importante es que ahora tienes un mapa claro de las trampas que debes evitar. La diferencia entre un TFG aprobado y uno sobresaliente está en los detalles que la mayoría pasa por alto. ¿Estás listo para convertir tu trabajo en algo verdaderamente excepcional?


Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *